El campeón estaba destrozado, pero tampoco quería darle a Ali esa satisfacción. Finalmente tuvo que acudir tras unos días meando sangre. Tenía los riñones magullados y tuvo que pasar más de una semana ingresado.
Esa fue la primera derrota de Ali, que, además de perder dignamente, supo encajarla muy bien. “Perder es una buena sensación”, llegó a decir.
Curiosamente esa derrota hizo que su ya extraordinaria popularidad se viese reforzada.