Y eso hizo que no encajase en el boxeo, que entonces dividía perfectamente a los púgiles negros en dos estereotipos:
- El 'Bad Nigger': boxeador negro surgido de los barrios bajos y con un amplio historial delictivo a sus espaldas.
- El Tío Tom: negro que no cuestiona el poder establecido y que se conforma con un papel secundario y sumiso.
Ali no era ninguna de estas dos cosas y eso hacía que las autoridades del boxeo le mirasen con desconfianza y despreciasen su inmensa seguridad en sí mismo.